Cuestión que sale a debate cada comienzo de curso, en septiembre.

Veamos las ventajas de los libros

  • Ayuda al niño y a la familia a situarse en el tiempo y en el espacio. Es decir, saben dónde están y hacia donde van en el aprendizaje. La familia puede fácilmente hacer un seguimiento de su hij@.
  • Para el profesor es una ayuda, aunque no es un material que utilice exclusivamente. Es un apoyo más de otros muchos como pueden ser fichas, trabajos, ejercicios en el cuaderno.
  • Es la referencia que tiene un profesor sustituto cuando llega a una clase que no es la tuya, que desconoce en qué punto del temario está, qué suelen hacer, cual es la rutina. El libro le ayuda a él y a los alumnos para que no se desorienten de su rutina. Más cuando en la clase durante tres o cuatro días van a entrar varios profesores distintos a dar la misma materia.
  • Están los contenidos secuenciados.
  • Hay mucha variedad de ejercicios.

Desventajas

  • Son caros. Es algo que entiendo y comprendo. Para muchas familias que tienen tres o más hijos, la llegada de septiembre es un cúmulo de gastos a nivel escolar.
  • Llevarlos de casa al colegio es un peso considerable, y más si luego se suman los cuadernos y el resto de material que se necesita ese día.

Todo profesor, utilice libros o no, debe, al comienzo de curso hacer su programación de cada asignatura. Cada profesional sabemos qué debe tener esa programación.

También hay muchos compañer@s que trabajan por proyectos. Esto implica que debe tener preparado el proyecto con mucha antelación para tenerlo en clase preparado en caso que él / ella falta y que el compañero que los sustituya pueda consultarlo y seguirlo para que los alumnos puedan seguir el ritmo de la clase.

Yo prefiero los libros. Se que resulta un gasto para la familia, pero ahora está el releo que es una ayuda para que se vayan prestando los libros de unos a otros, y el gasto se reduce. También me gusta porque cuando he faltado sin darme tiempo a preparar nada porque ha sido por una urgencia, están los libros y siempre se puede continuar con ese material, sin que el alumnado cambie de rutina. Los proyectos están bien siempre que, como he dicho antes, estén preparados de ante mano. Muchas veces he ido a sustituir a clases de compañer@s que trabajaban por proyectos, (o eso decían), y cuando he llegado no había nada preparado. En ese caso, he tenido que preguntar a los alumnos qué habían hecho los días anteriores y hacer actividades de repaso o enseñarles un contenido nuevo para no perder el tiempo.

Hay en ciertas asignaturas que tengo un libro para dos años, como es el caso de plástica, pues el libro le utilizo de apoyo para los casos que he nombrado antes (en casos de mi ausencia).